PALMAS, ARENAS BLANCAS Y AGUA BRILLANTE: Los tres elementos esenciales que atraen a dos millones de visitantes anualmente a las cálidas costas de Goa son abundantes en esta pequeña y gloriosa porción de India que abraza la costa occidental del país y está limitada por el Mar Arábigo. Una avanzada portuguesa solitaria en la India durante casi 500 años, la influencia del dominio colonial todavía se puede ver en todas partes: en la exquisita y desmoronada arquitectura; en la cocina de Oriente y Occidente, que combina leche de coco, vinagre de palma y chiles con los sabores refinados de Lisboa; en las melancólicas cepas de “fado” que todavía flotan ocasionalmente en la brisa perfumada de buganvillas; y en la alegría de vivir saturada de siesta que los propios Goanos llaman “susegad”.